El Padre Primero de los guaraníes se irguió en la oscuridad, iluminado por los reflejos de su propio corazón, y creó las llamas y la tenue neblina. Creó el amor y no tenía a quién dárselo. Creó el lenguaje, pero no había quién lo escuchara.
Entonces encomendó a las divinidades que construyeran el mundo y que se hicieran cargo del fuego, la niebla, la lluvia y el viento. Y les entregó la música y las palabras del himno sagrado, para que dieran vida a las mujeres y a los hombres.
Así el amor se hizo comunión, el lenguaje cobró vida y el Padre Primero redimió su soledad. Él acompaña a los hombres y las mujeres que caminan y cantan:
Ya estamos pisando la tierra,
ya estamos pisando esta tierra reluciente.
Tomado de "Memoria del Fuego. Los nacimientos", por supuesto que sin permiso. Por lo que pido las disculpas del caso.
ya estamos pisando esta tierra reluciente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario