BIENVENIDO

A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

domingo, julio 29, 2007

Mañana empiezan las clases

Domingo en la tarde. Pánico en mi casa. Hay que hacer el intento de volver al colegio. Y de manera digna.
Hay tanto que arreglar; cuadernos, mochilas, uniformes, lustrar zapatos, etc. Pero lo más importante: repasar lo último visto en el colegio para no llegar como de la luna.
Mis hijos ya están grandes, esto no les cuesta nada. Se ponen a ordenar sus cuadernos y descubren que algunas cosas se habían olvidado y que habían unas tareas sin hacer. Uno va al computador mientras el otro repasa las materias olvidadas.
"¿Cómo lo pasaron estas vacaciones?" - pregunto.
"Genial" es la respuesta a coro.
¡Qué alegría ser niño! Y que poco que me cuesta ser niño otra vez.
Les agradezco, tanto a mis hijos como a Claudia. Me llenan de una energía exquisita. De una energía que necesito para seguir siendo el niño que fuí. Esa energía que me recuerda que esta vida tiene un porqué de ser vivida. Y que no importa lo que pase, sino lo que haremos frente a lo que pase.
Mis hijos me recuerdan eso cada vez que pueden. Por eso les agradezco que estén conmigo. Por eso los amo. Y, justamente, por eso, quise dejar este testimonio.

jueves, julio 19, 2007

La casa del abuelo


Fin de semana largo. Martes y miércoles debo trabajar en la V Región. Buena idea irnos un día antes y pasear por la playa. Claudia insistió en ese panorama. Como siempre; tenía razón.

Los niños lo pasaron fantástico y a todos nos sirvió para cargar pilas.

Era lunes 16 de julio. Un día antes del cumpleaños número 90 de mi abuelo paterno. El ya no está con nosotros, pero yo tenía ganas de visitar aquel rincón donde me reunía con mi abuelo desde chiquillo.

En la foto de arriba aparece la casa donde vivían mis abuelos desde cuando yo tenía 8 años en adelante.

Era una casa gigante. Es solo el segundo piso. Ese amarillo que aparece al fondo, pero tenía 11 habitaciones muy grandes en las que pasaron un montón de cosas exquisitas. Pasé tantas vacaciones de verano en esa casa...

Viví tantas navidades y años nuevos...

Conocí a mucha gente y formé mis primeros grupos de amigos en esos tiempos.

Desde el techo de esa casa, al que mi abuelo nos ayudaba a subir, veíamos el festival de fuegos artificiales con que los porteños recibimos el nuevo año. Era un espectaculo apoteósico.

Hay tantas cosas que se vienen a la mente. En el patio había un tremendo hoyo por donde caían las pelotas que utilizábamos con mis primos para entretenernos. Había que conseguirse una escalera para bajar a buscarlas. Recuerdo al Tizón, el gran gato negro que era el regalón de la abuela, o el Lobo, el tremendo perro, tipo pastor inglés que cuidaba la casa y protegía a los abuelos.

Recuerdo los bautizos. En el puerto son muy entretenidos. El padrino, generalmente el abuelo, salía al patio, donde estábamos todos los chicos y lanzaba un montón de monedas al aire, tipo piñata, y todos nosotros nos peleábamos por recoger más monedas que el otro. Por supuesto que nos demorábamos más en recoger las monedas que después en gastarlas.
Hay tantos recuerdos...
Hay tanta penita...
Y mis hijos que tienen tanta vida...
El pasado y el futuro en una postal.

miércoles, julio 04, 2007

Fin de Exámenes

Hacía tiempo que no escribía. Estaba ocupado intentando inculcar el valor del estudio en mis dos hijos. Fines de junio es igual a pruebas coficiente dos. Y eso es sinónimo de se acabaron las jugarretas.
Eso terminó. El viernes pasado se acabaron las pruebas de nivel. ¡Qué gran noticia! ¿no les pasa a ustedes lo mismo?
Mis hijos, ahora más grandes, comienzan a preguntar por mi niñez y mis ganas de estudiar. Y creo que no sé mentir. No me gustaba estudiar. Lo hacía por obligación. Afortunadamente para mí hubo dos cosas que me ayudaron a tener éxito en mi época escolar;
1. Tuve siempre los ojos de mi madre encima de mi actuar. Gran cosa, porque de lo contrario yo creo que habría fracasado. Pensando en que la mayoría de los niños de hoy tienen que estudiar con padres cansados después de largas jornadas de trabajo. Yo no habría podido...
2. No había Jornada Escolar Completa. Esa cosa que nadie entiende pero que obliga a los niños a jugar menos y cumplir horarios ridículos. Cuando se ha demostrado hasta el cansancio que la productividad no tiene nada que ver con más horas de permanencia sino de calidad de las horas productivas, nuestras autoridades escolares insisten en lo contrario.
Si juntamos esas dos situaciones la cosa es bien dramática.
Tenemos que trabajar ambos para llevar dinero a casa. Con lo cual llegamos cansados y no queremos problemas en el hogar.
Nuestros hijos tienen que llegar después de mucho rato en el colegio a hacer tareas, sin gastar sus grandes energías en lo que deberían hacerlo; jugar.
¿Quién quiere estudiar? Supongo que son pocos.
Pero una pregunta un poco más de fondo podría ser; ¿deberían querer estudiar? ¿No es normal, acaso, ser un cabro chico que le guste tomar una pelota y salir a correr con los amigos o tomar sus lindas muñecas y jugar con las amiguitas?
Yo creo que sí.
Trabajan más los europeos que nosotros. NO
Son más productivos que nosotros. SI
Termino con una frase de una colega; ¿o estaré mal yo?