Blog destinado a escribir por el solo deseo de hacerlo, compartiendo con todos aquellos que sientan esa misma sensación.
BIENVENIDO
A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas .
A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.
lunes, enero 22, 2018
Volvería a pedir tu mano
Sigues siendo la niña más linda de la fiesta, le dice el, sonriendo, como siempre.
¿Seguro? pregunta ella con un dejo de inocente maldad en la mirada
Sabes que si, responde el. Me regocijo cada día sintiendo que eres la mujer más hermosa, inteligente, bondadosa y exquisita que conozco. Te lo he dicho muchas veces, le dice el.
Me encanta gustarte, le dice ella y se acerca para abrazarlo y dejarse acurrucar en sus brazos.
Me encanta sentir tu mano al lado mío, me encanta saber que estás para mí. Me encanta que me ames y que me permitas ser quien soy. Me hace sentir amado el sentirte cercana, compañera, amiga y confidente...
Ella le interrumpe y le dice; "eres lo mejor que me ha pasado"
El la mira, con esa mirada que evita palabras. Ella acerca sus labios a los de el y lo besa.
Se besan.
Nuevamente, como aquella vez hace 24 años.
"No podría pedir nada más" dice el. Lo tengo todo. He tenido a la mejor mujer a mi lado. Con ella he sabido lo que es tener 2 hermosos hijos. Hemos recorrido muchos caminos, algunos que pensamos intransitables y algunos que eran obligatorios. De todos hemos salido airosos.
Vuelven a mirarse. Más que una mirada parece una contemplación.
Pensar, dice el, que nos hemos elegido cada día por estos 24 años...
Quizá ahí haya estado el secreto dice ella.
El la queda mirando.
Y te volvería a elegir, le dice el con un brillo en la mirada.
Lo que es yo, dice ella, muy seria y divertida, "volvería a pedir tu mano".
El se queda pensando... es verdad. Fue ella la que alzó su copa en frente de todos los familiares y pidió a sus padres la mano de el. Nadie entendía nada. El se trapicó con la comida y la copa en la mano. Sigue pensando en la suerte que ha tenido en su vida.
Una mujer así no nace todos los días. O quizá sí, pero hay que saber cuando se está en su presencia. De lo contrario te la puedes perder. El no se la perdió.
Empieza a sonreír.
¿De qué te ríes? pregunta ella mirándole a los ojos.
El la mira y le responde "de la tremenda suerte que tuve de quedarme con la niña más linda de la fiesta".
Te amo, le dice ella a modo complice. Y yo a ti responde el ya sin pensar, solo dejándose llevar...
lunes, enero 01, 2018
Mi imagen 2017
La tradición,
establecida por el mismo, le obligaba a elegir una fotografía, tomada por el,
para graficar el año que terminaba.
Había sacado
muchas fotos, pero le costaba decidirse por una.
Finalmente, y
como siempre le ocurría, se queda pegado en una de ellas.
Sí, es esta, se
repite, como intentando convencerse.
La imagen es un
retrato bastante exacto de cómo ve su 2017.
Definitivamente él
es el segundo de derecha a izquierda.
El entorno estaba
bastante calmo… Sin embargo, recordaba que cuando se decidió a hacer esa toma,
pensó si no estaría retratando su término de año. El recuerdo le hizo sonreír.
Siente que estuvo
a punto de hundirse. Sintió en más de una ocasión como el agua amenazaba por
cubrirle por completo. Y, sin embargo, ahí está todavía. No me he hundido,
parece asegurar. Y vaya si lo han intentado. Las circunstancias, los errores
propios, los amigos, sin querer o con ello, los pensamientos, las decisiones,
los procesos, la política, la sociedad… ¿cada uno? ¿todos juntos?
2017 se le
presenta ahora como ese año en que tuvo que lidiar con más cosas a la vez.
También, como el año más contrastante que recuerde. Si era una prueba; fue
asfixiante.
Pero ahí está
todavía. No se hunde. Quizá sea porque no quiere hundirse. O no puede. “Cuando
uno no ha nacido en cuna de oro, dijo una vez, hay algunas opciones que uno no
tiene; la de renunciar a intentarlo, por ejemplo”. Si, era algo que solía
decirse para ponerse en movimiento.
El año había
comenzado bastante bien. Disfrutar con la familia. Luego Claudia, si, su
Claudia que lo obliga a tomarse unos días de vacaciones. Un lugar soñado. Una
cabaña preciosa a borde de mar, playa privada. 4 días maravillosos.
La llegada de su
hermanita pequeña lo saca de la vorágine. “Cuenten conmigo” fue lo único que
acertó a decir. Como siempre saldría premiado. Ella resultó ser un motor en su
vida. Fue vital para no terminar hundido. Siempre había pensado que los jóvenes
mueven el mundo; este año lo comprobó. Sonríe. Sonríe al recordar sus
conversaciones con la pequeñita de la familia. Pero ella tenía sus planes fuera
de la capital y se fue nuevamente. Pero esta vez fue diferente. Se fue mucho
más conectada que antes. Se fue sabiéndose amada, respetada. Se fue tras sus
sueños, esos sueños que todos hemos tenido y que solo unos pocos son capaces de
ir por ellos. Ella es valiente. Si, se dice mientras recuerda, ella es una
mujer valiente. Y de los valientes se cuentas historias ríe mientras sigue
recordando.
Luego, el
reconocimiento. No lo esperaba. Monetariamente no vale nada, pero para el
espíritu fue una tremenda inyección de energía. Lo contó por todos los medios.
Recién empieza a creer que su aventura puede funcionar. Han crecido mucho, en
poco más de un año. Esto recién comienza. El festejo dura poco. Sabe a ciencia
cierta que están recién comenzando. Y las estadísticas son lapidarias. La casi
totalidad de los emprendimientos no sobrepasa el tercer año y una gran mayoría
muere al primer año.
Será eso lo que
pasa al bote. Se mantiene a flote, pero ¿cree que no logrará llegar a la
próxima orilla? Piensa que ¿todo próximo viaje podría ser el último?
Vivir esa
constante sensación de vulnerabilidad ha sido desgastante. Lo sabe. El
ejercicio contante ha sido su principal aliado para mantenerse a flote. Si, con
el agua hasta el cuello, pero a flote. Ese nivel de estrés no habría podido
vivirse sin el equipo que ha construido. Reflexiona sobre esto último. Parece
ser que trabajar con personas se le da bien. Todavía no tiene claro si es la
persona que sacará el emprendimiento adelante. Lo ha hecho, pero… Duda. Duda
porque no sabe si estará a la altura de lo que deba hacerse cuando lleguen los
malos momentos. Pero quizá ya hayan tenido de esos y los han sorteado. No lo
cree.
El siempre apostará
por las personas. Incluso por sobre el negocio. Lo ha hecho antes y lo volverá
a hacer. Está seguro de eso. Y tal parece que en este sistema eso no conduce al
éxito. Bueno, si podría conducir a un tipo de éxito, pero, casi con total seguridad,
no al éxito de la sustentabilidad en el tiempo. ¿O si? ¿Y qué tal si todos
están equivocados y logra demostrar que se puede hacer una gran empresa apostando
siempre por las personas? Colocándolas siempre adelante, aunque no sea lo mejor
para el negocio. ¿Aunque esté en juego la empresa misma?
Recuerda otra de
sus frases que le sirven de guía; “en los momentos complejos es cuando hay que
demostrar en lo que se cree”. Si, de eso se trata.
Sigue avanzando
el tiempo y le llega un golpe desde el lado. Siente flaquear sus piernas. Está
a punto de caer, de entregarse, de tirar la toalla, como se dice en el boxeo.
El agua parece estar llegando a las narices y amenaza con cubrirlas irremediablemente.
Le toma un par de
días reponerse. Lo habla con su equipo. Saldremos de esta le dicen todos y
redoblan sus esfuerzos. Se viene el final del año. Van a superar el presupuesto
con dos meses de antelación y, sin embargo, no logra estar contento. Sabe que
esto podría acabar en cualquier minuto. No hay que confiarse. Hay que mantener
la concentración.
Ahí hay una
cuerda. Una cuerda que te mantiene aferrado a algo. Un algo que puede
significar un freno pero que él sabe que es un apoyo. Sabe que no está solo. A
través de esa cuerda siente el cariño de los que confían en él. Se siente
parte. Y también sabe que, gracias a esa cuerda, no lo dejarán zozobrar.
Está terminando
el año y una mala noticia por partida doble. El mismo día. Primero se da cuenta
que vive en un país distinto al que le gustaría. A él le gustaría vivir en la
solidaridad, en el encuentro con el otro. Le gustaría decir a todos que vive en
una sociedad. Mala noticia. Ese no es el país que quiere la mayoría expresada.
No alcanza a reponerse de eso cuando le avisan que una persona querida, de una
edad parecida, muere de un ataque al corazón. Se siente devastado. Nuevamente,
motivos para preocuparse. Para afligirse. Se mira al espejo y piensa que esto
puede acabar mal para muchos. Con este tipo de sociedad y con este nivel de
alimentación y sedentarismo… Mira a sus cercanos. Los mira nuevamente para
cerciorarse que no está inventando lo que ve. Se restriega los ojos y vuelve a
mirar. No. Ellos no lo han dejado solo. Están pendientes de sus movimientos.
Confían en él, pero están alertas para cuando los necesite. Se siente querido y
comienza a respirar con normalidad. El agua sigue ahí, cerca del cuello, pero
siente que entre su esfuerzo y el de quienes le quieren mantendrán el agua
lejos de sus pulmones.
Se acaba el año y
sabe que ha sido difícil. Sabe que ha debido bregar más que nunca. Sabe que
nunca las cosas le han sido fáciles. Y con ese pensamiento comienza a sonreír.
Sonríe porque
sabe que así ha sido y seguirá siendo. Sonríe porque siempre se preocupa más de
la cuenta. Sonríe porque definitivamente este año se le ha revelado una gran
verdad: EL NUNCA ESTARÁ SOLO.
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