Cuando quisimos visitarle estaba cerrado, pero nos permitieron fotografiar sus jardines.
¡Qué belleza, no creen!
Le dicen el Versalles de Castres. Y es como para creerlo.
La vista desde el balcón del segundo piso es maravillosa.
En Castres las casas son muy agradables a la vista. ¿No sé cómo será vivir en ellas? Pero se ven maravillosas al costado del río...
Una curiosidad que me ha llamado la atención al mostrar esta foto es que todo el mundo me ha preguntado si es muy hediondo. La verdad es que no. ¡Y eso que estaba terminando el verano!
La gran ventaja del trabajo que tengo es que puedo conocer estas maravillas en vivo y que después las puedo compartir con la gente que quiero.