Estuvo muy bueno este fin de semana largo. Aprovechamos de descansar, leer, conversar, recibir a los papás. Y hasta la abuela me fue a ver. Y me regaloneó.
Es tranquilo Papudo.
Tan tranquilo, que hasta dan ganas de volver.
Y seguramente volveré. Como tantas veces. Como tantas otras veces.
Porque Papudo está lleno de vida.
Y la noche se vistió de gala para demostrarlo.
No recuerdo hasta que hora fue la fiesta...
Todavía resuenan en mis oídos los ecos de borracha tranquilidad de Papudo...
Estaban todos invitados...
y nadie quizo faltar.
Vayan a Papudo, pero tengan cuidado. Conozco una muy buena persona que un día fue y nunca más quiso volver...