BIENVENIDO

A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

sábado, julio 21, 2018

OTRA ETAPA CUMPLIDA

No creo que puedas dimensionar la felicidad que me embarga. Pero estamos tan felices que tampoco podemos verbalizarlo con exactitud.
Es otra etapa que cumples con éxito. Y no solo eso, pues parece que mientras mayor es el desafío mayor es tu excelencia al afrontarlo.
¡Qué alegría estar cerca tuyo y saber de tus triunfos!
Me recuerdo de una vez, cuando eras pequeño, en qué te complicaba que nunca estuvieras a la altura de tus mayores. ¿lo recuerdas? y ¿recuerdas lo que te dije?
Te pedí que me creyeras, pues ya nos habías superado. Te dije además que la comparación que hacías era injusta pues estabas comprando a un chico de 10 años con un tipo de treinta y tantos, que lo que deberías hacer era comparar a esos dos personajes en la misma edad o situación. Te dije, y me da mucho gusto comprobar que no te mentí, que a tu misma edad la otra persona no era más que tu y que apostaba todo lo que tenía porque pasados los treinta serías más que nosotros. ¡Y pensar que te lo digo cuando no has llegado ni a los 25!
¿Sabes el futuro extraordinario que te espera? Creo que si, pero no se si logras percibirlo en su real magnitud.
¡Felicitaciones! Eres una persona espectacular. Has superado cada etapa. Pero no solo eso. Has superado también algo muy complicado; las expectativas. Las tuyas, por supuesto, pero también las de todas las personas que, tan solo verte nacer, esperaban algo de ti. Desde el aparentemente simplista  ¡Sólo quiero que sea feliz! hasta el condenatorio ¡que sea un aporte a la sociedad! no se como te las has arreglado pero lo has logrado. Lo has hecho posible.
Y el mérito es todo tuyo. Dirás que has tenido ayuda, lo cual confirma uno de los aspectos más bellos de tu humanidad, la humildad. Es cierto, has crecido sabiendo que poco se logra solo, pero es que aceptar la ayuda es en si un mérito. Y puede pasar desapercibido para la mayoría pero no para ti. Has sido capaz de dejarte ayudar y de ayudar en todo lo que puedes. Eres una luz, potente y llena de esperanza, para quienes creemos que hay un futuro maravilloso por vivir.
Escribo esto en momentos de profunda emoción recordando al pequeño que me hacía tanto reír con sus pronunciaciones y que me pedía que viéramos una peli más de dos veces seguidas. Escribo recordando al chico sano que se asombraba  de todo y exclamaba ¡oh, es cierto!
También recuerdo al niño que fue al colegio a aprender a vivir mas que a recitar materias dictadas por un ser superior y que decidió ir  a la universidad y estableció un plan para lograrlo. Recuerdo al adolescente que ingresó a un mundo nuevo lleno de esperanzas y miedos y que no salía de su pieza estudiando porque no se permitiría fracasar. Recuerdo al joven que se matriculó en el Magister para aumentar sus conocimientos y poder aportar, aún más, a la sociedad.
Y ahora observo al hombre que ha terminado esa etapa y nos mira agradecido, como explicando, en su infinita sabiduría que aún no ha logrado nada, que todavía es un aprendiz, que solo ha cumplido con su cometido, que no es para tanto. Algo que, por cierto, heredaste de tu bella madre.
Pero, ¿cómo explicarte todo lo que has hecho por nosotros? ¿Cómo hacerte comprender que esta sonrisa llena de satisfacción que tenemos es gracias a ti?
Hace pocos días atrás te expresé que no creía que pudieras entender el orgullo que siento en este momento. Solo espero que algún día, puedas sentir lo que estamos sintiendo en este momento tu madre y yo. Ese día comprenderás lo que es la verdadera felicidad.
Gracias por tanto y felicitaciones. Y a por esa nueva etapa, como dicen los españoles.
Te amamos hasta el infinito...y un poco más allá, por cierto...


miércoles, marzo 07, 2018

Reconocer los errores

"Tu nunca reconoces tus errores"
Dolió. Y harto. Más de lo que el pudiera imaginar...
Hoy anda como zombie. No tiene ganas de nada.
El dice reconocer sus errores. El dice saber pedir disculpas.
Quizá el equivocado es el otro.
A veces el cariño nos da permiso para no pensar en las heridas del otro.
¿Tu nunca heriste a tus seres queridos? ¿A tus amigos?
Me mira y me dice: "he herido a mucha gente en el camino".
Sus ojos están vidriosos. Se le nota que se siente mal.
Lo que no logra descifrar es el ¿porqué?
Cuando recién le dijeron la frase se sintió atacado. Su segunda reacción fue de sentirse tratado injustamente. Después de varias horas piensa que debe trabajar en eso.
En general el siempre se ha sentido culposo, como le llama. En general, ante cualquier eventualidad negativa, tiende a asumir la ¿culpa? ¿responsabilidad? ¿Es lo mismo? ¿Puede ser un tema de comunicación, como lo son la mayoría de los malentendidos entre personas que se quieren?
"Tu nunca reconoces tus errores" ¿qué le quisieron decir?
Hay cosas que nunca te enseñan, me dice casi en un hilo de voz. Una de ellas es cuando las personas que mas te importan te dicen cosas que te llegan y que no son positivas.
Pasas de la negación absoluta a la confirmación resignada sin intermediarios. Si ellos te quieren, y te conocen tanto, ¿cómo podría ser falso? Además, aceptamos que los demás descubren mejor que nosotros nuestros defectos.
Le intento decir que quizá fue una típica discusión acalorada con más de 120 latidos por minuto.
Me mira sin pensar en lo que le dije. El ya se convenció. Nunca reconoce sus errores.
¿Y si aceptar esto fuera un error?
Me deja pensando mientras se aleja cabizbajo, en solitario, a disputar un partido con gente de su edad.
Lo que más gusta de el, su sonrisa, hoy no se asoma...

lunes, enero 22, 2018

Volvería a pedir tu mano


Sigues siendo la niña más linda de la fiesta, le dice el, sonriendo, como siempre.
¿Seguro? pregunta ella con un dejo de inocente maldad en la mirada
Sabes que si, responde el. Me regocijo cada día sintiendo que eres la mujer más hermosa, inteligente, bondadosa y exquisita que conozco. Te lo he dicho muchas veces, le dice el.
Me encanta gustarte, le dice ella y se acerca para abrazarlo y dejarse acurrucar en sus brazos.
Me encanta sentir tu mano al lado mío, me encanta saber que estás para mí. Me encanta que me ames y que me permitas ser quien soy. Me hace sentir amado el sentirte cercana, compañera, amiga y confidente...
Ella le interrumpe y le dice; "eres lo mejor que me ha pasado"
El la mira, con esa mirada que evita palabras. Ella acerca sus labios a los de el y lo besa.
Se besan.
Nuevamente, como aquella vez hace 24 años.
"No podría pedir nada más" dice el. Lo tengo todo. He tenido a la mejor mujer a mi lado. Con ella he sabido lo que es tener 2 hermosos hijos. Hemos recorrido muchos caminos, algunos que pensamos intransitables y algunos que eran obligatorios. De todos hemos salido airosos.
Vuelven a mirarse. Más que una mirada parece una contemplación.
Pensar, dice el, que nos hemos elegido cada día por estos 24 años...
Quizá ahí haya estado el secreto dice ella.
El la queda mirando.
Y te volvería a elegir, le dice el con un brillo en la mirada.
Lo que es yo, dice ella, muy seria y divertida, "volvería a pedir tu mano".
El se queda pensando... es verdad. Fue ella la que alzó su copa en frente de todos los familiares y pidió a sus padres la mano de el. Nadie entendía nada. El se trapicó con la comida y la copa en la mano. Sigue pensando en la suerte que ha tenido en su vida.
Una mujer así no nace todos los días. O quizá sí, pero hay que saber cuando se está en su presencia. De lo contrario te la puedes perder. El no se la perdió.
Empieza a sonreír.
¿De qué te ríes? pregunta ella mirándole a los ojos.
El la mira y le responde "de la tremenda suerte que tuve de quedarme con la niña más linda de la fiesta".
Te amo, le dice ella a modo complice. Y yo a ti responde el ya sin pensar, solo dejándose llevar...

lunes, enero 01, 2018

Mi imagen 2017


La tradición, establecida por el mismo, le obligaba a elegir una fotografía, tomada por el, para graficar el año que terminaba.
Había sacado muchas fotos, pero le costaba decidirse por una.
Finalmente, y como siempre le ocurría, se queda pegado en una de ellas.
Sí, es esta, se repite, como intentando convencerse.
La imagen es un retrato bastante exacto de cómo ve su 2017.
Definitivamente él es el segundo de derecha a izquierda.
El entorno estaba bastante calmo… Sin embargo, recordaba que cuando se decidió a hacer esa toma, pensó si no estaría retratando su término de año. El recuerdo le hizo sonreír.
Siente que estuvo a punto de hundirse. Sintió en más de una ocasión como el agua amenazaba por cubrirle por completo. Y, sin embargo, ahí está todavía. No me he hundido, parece asegurar. Y vaya si lo han intentado. Las circunstancias, los errores propios, los amigos, sin querer o con ello, los pensamientos, las decisiones, los procesos, la política, la sociedad… ¿cada uno? ¿todos juntos?
2017 se le presenta ahora como ese año en que tuvo que lidiar con más cosas a la vez. También, como el año más contrastante que recuerde. Si era una prueba; fue asfixiante.
Pero ahí está todavía. No se hunde. Quizá sea porque no quiere hundirse. O no puede. “Cuando uno no ha nacido en cuna de oro, dijo una vez, hay algunas opciones que uno no tiene; la de renunciar a intentarlo, por ejemplo”. Si, era algo que solía decirse para ponerse en movimiento.
El año había comenzado bastante bien. Disfrutar con la familia. Luego Claudia, si, su Claudia que lo obliga a tomarse unos días de vacaciones. Un lugar soñado. Una cabaña preciosa a borde de mar, playa privada. 4 días maravillosos.
La llegada de su hermanita pequeña lo saca de la vorágine. “Cuenten conmigo” fue lo único que acertó a decir. Como siempre saldría premiado. Ella resultó ser un motor en su vida. Fue vital para no terminar hundido. Siempre había pensado que los jóvenes mueven el mundo; este año lo comprobó. Sonríe. Sonríe al recordar sus conversaciones con la pequeñita de la familia. Pero ella tenía sus planes fuera de la capital y se fue nuevamente. Pero esta vez fue diferente. Se fue mucho más conectada que antes. Se fue sabiéndose amada, respetada. Se fue tras sus sueños, esos sueños que todos hemos tenido y que solo unos pocos son capaces de ir por ellos. Ella es valiente. Si, se dice mientras recuerda, ella es una mujer valiente. Y de los valientes se cuentas historias ríe mientras sigue recordando.
Luego, el reconocimiento. No lo esperaba. Monetariamente no vale nada, pero para el espíritu fue una tremenda inyección de energía. Lo contó por todos los medios. Recién empieza a creer que su aventura puede funcionar. Han crecido mucho, en poco más de un año. Esto recién comienza. El festejo dura poco. Sabe a ciencia cierta que están recién comenzando. Y las estadísticas son lapidarias. La casi totalidad de los emprendimientos no sobrepasa el tercer año y una gran mayoría muere al primer año.
Será eso lo que pasa al bote. Se mantiene a flote, pero ¿cree que no logrará llegar a la próxima orilla? Piensa que ¿todo próximo viaje podría ser el último?
Vivir esa constante sensación de vulnerabilidad ha sido desgastante. Lo sabe. El ejercicio contante ha sido su principal aliado para mantenerse a flote. Si, con el agua hasta el cuello, pero a flote. Ese nivel de estrés no habría podido vivirse sin el equipo que ha construido. Reflexiona sobre esto último. Parece ser que trabajar con personas se le da bien. Todavía no tiene claro si es la persona que sacará el emprendimiento adelante. Lo ha hecho, pero… Duda. Duda porque no sabe si estará a la altura de lo que deba hacerse cuando lleguen los malos momentos. Pero quizá ya hayan tenido de esos y los han sorteado. No lo cree.
El siempre apostará por las personas. Incluso por sobre el negocio. Lo ha hecho antes y lo volverá a hacer. Está seguro de eso. Y tal parece que en este sistema eso no conduce al éxito. Bueno, si podría conducir a un tipo de éxito, pero, casi con total seguridad, no al éxito de la sustentabilidad en el tiempo. ¿O si? ¿Y qué tal si todos están equivocados y logra demostrar que se puede hacer una gran empresa apostando siempre por las personas? Colocándolas siempre adelante, aunque no sea lo mejor para el negocio. ¿Aunque esté en juego la empresa misma?
Recuerda otra de sus frases que le sirven de guía; “en los momentos complejos es cuando hay que demostrar en lo que se cree”. Si, de eso se trata.
Sigue avanzando el tiempo y le llega un golpe desde el lado. Siente flaquear sus piernas. Está a punto de caer, de entregarse, de tirar la toalla, como se dice en el boxeo. El agua parece estar llegando a las narices y amenaza con cubrirlas irremediablemente.
Le toma un par de días reponerse. Lo habla con su equipo. Saldremos de esta le dicen todos y redoblan sus esfuerzos. Se viene el final del año. Van a superar el presupuesto con dos meses de antelación y, sin embargo, no logra estar contento. Sabe que esto podría acabar en cualquier minuto. No hay que confiarse. Hay que mantener la concentración.
Ahí hay una cuerda. Una cuerda que te mantiene aferrado a algo. Un algo que puede significar un freno pero que él sabe que es un apoyo. Sabe que no está solo. A través de esa cuerda siente el cariño de los que confían en él. Se siente parte. Y también sabe que, gracias a esa cuerda, no lo dejarán zozobrar.
Está terminando el año y una mala noticia por partida doble. El mismo día. Primero se da cuenta que vive en un país distinto al que le gustaría. A él le gustaría vivir en la solidaridad, en el encuentro con el otro. Le gustaría decir a todos que vive en una sociedad. Mala noticia. Ese no es el país que quiere la mayoría expresada. No alcanza a reponerse de eso cuando le avisan que una persona querida, de una edad parecida, muere de un ataque al corazón. Se siente devastado. Nuevamente, motivos para preocuparse. Para afligirse. Se mira al espejo y piensa que esto puede acabar mal para muchos. Con este tipo de sociedad y con este nivel de alimentación y sedentarismo… Mira a sus cercanos. Los mira nuevamente para cerciorarse que no está inventando lo que ve. Se restriega los ojos y vuelve a mirar. No. Ellos no lo han dejado solo. Están pendientes de sus movimientos. Confían en él, pero están alertas para cuando los necesite. Se siente querido y comienza a respirar con normalidad. El agua sigue ahí, cerca del cuello, pero siente que entre su esfuerzo y el de quienes le quieren mantendrán el agua lejos de sus pulmones.
Se acaba el año y sabe que ha sido difícil. Sabe que ha debido bregar más que nunca. Sabe que nunca las cosas le han sido fáciles. Y con ese pensamiento comienza a sonreír.

Sonríe porque sabe que así ha sido y seguirá siendo. Sonríe porque siempre se preocupa más de la cuenta. Sonríe porque definitivamente este año se le ha revelado una gran verdad: EL NUNCA ESTARÁ SOLO.