Tuve la oportunidad de estar en Barcelona por segunda vez. No había mucho tiempo, pero el hotel estaba al lado del Nou Camp.
¡Qué maravilla!
Unas horas, que se hicieron pocas, para recorrer un estadio de reales campeones. Las copas ya no caben en sus vitrinas. Sus astros ya no caben en su estadio. Sus éxitos ya no caben en sus pechos... y, sin embargo, siguen jugando... a ganar...
Me emocioné estando ahí dentro. Se hace un recorrido por todo el estadio. Desde los camarines hasta la salida al cesped y luego el museo, la sala de prensa, para terminar arriba en los palcos.
Otro mundo.
Como para creer que otro mundo es posible...
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