BIENVENIDO

A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

sábado, enero 23, 2010



Dejo testimonio de uno más de nuestros momentos mágicos...

jueves, enero 21, 2010

Hoy como hace 16 años

Hay veces en que las cosas se ponen malas. Hay circunstancias en las cuales pareciera que lo que está saliendo mal, puede empeorar.
Hay días en que dudas de todo y de todos. De tus capacidades y de las de los demás.
Hay momentos en que quieres mandar a todos al diablo y enrostrarles que tienen lo que se merecen y nada más.
También ocurre que a veces me siento solo. Náufrago en un mundo incomprensible. Un mundo lleno de símbolos desconocidos y oscuros lenguajes o dialectos.
Una vez me pasó que me sentí tan poca cosa que me creí incapaz, incompetente e inepto. Me creí absolutamente superado y un títere a merced de un tumulto de titiriteros que no paraban de reir con cada uno de mis torpes movimientos...

Y en cada uno de esas situaciones. Fueran vividas, soñadas o francamente inventadas había algo, un alguien que lograba volverme a la vida.
Siempre había esa mano, esa sonrisa, ese gesto que me alentaba a seguir. Muchas veces a levantarme y seguir, que me animaba a seguir adelante.
Ese gesto era suficiente para olvidar la maldad, la ironía y la soberbia de todo y de todos para volver a creer, para volver a confiar en todo y en todos.
Aun cuando no me detuviera a mirar quien era ese algo o ese alguien que me permitía seguir, sabía que seguiría ahí. Sabía que me ayudaría, que me alentaría y que me cobijaría.

Por eso es que hoy puedo celebrar. Por que te tengo a tí. No importa que suceda a mi alrededor. No importa que la crueldad y la impostura sigan ganando el partido. Solo importa que estás conmigo.

Eso es lejos lo más importante.
Eso es lo único que cuenta.
Desde hace más de 16 años.
Desde que te conozco.
Desde siempre.
Por eso te amo y justamente por eso, lo celebro.

Que los demás se enteren la maravilla que eres. No me importa. Tu ya estás en el único lugar del que no podrán arrancarte: mi corazón.

martes, enero 12, 2010

Amistad adolescente

Estoy a full. No logro entender como llego a Diciembre en este estado. No logro reponerme y enero lo empiezo igual. Año tras año, mes tras mes, día tras día...

La noticia me golpea. ¡No puede ser! ¿o si? Tal parece que sí. ¡Qué lata!...

... hay que ganar, sea como sea hay que ganar. Nos juntamos con el Pato. Tu, yo y el Pato. Había que "bajar al 10". Era el que les armaba el juego. El empate nos hacía campeones. Sabíamos que no habría una segunda oportunidad. Después de eso la vida de adulto. Esa juvenil lo debía lograr... y lo logró...
¿Te acuerdas de la vuelta olímpica? ¿Cuánta gente había? Por primera vez el estadio lleno. Un estadio con cancha de tierra, con mallas perforadas hace rato, sin graderías sino con gente alrededor de la cancha. Gente gritando a voz en cuello... ¿los escuchas ahora?
¿Te acuerdas de la celebración posterior? Nunca más he andado por la calle arriba del techo de una camioneta... ¿te acuerdas? ¿cómo saltábamos?
¿Quién era el central de ese equipo de selección? Claro, tu eras. Eras el mejor de los tres. Eras el guapo y el más técnico del grupo. "Un crack", ¿te acuerdas que eso decían los viejos del club? ¿te acuerdas de alguno? ¿del señor García, tan flaco que pensábamos que se caía al correr? ¿o del señor Ramírez, el presidente del club que era averso al conflicto y siempre decía que si a todo? ¿te acuerdas cuánto te quería el señor Ramírez?
¿Qué tiempos aquellos?...
Y luego, ¿te acuerdas del codazo en el cuello que te dejó mudo como tres meses? Cómo nos hacías reir cuando recuperaste sonidos guturales... ¿te acuerdas que te decíamos el guru guru? Esa vez nos asustaste mucho, pero salimos adelante. Si salimos, lo puedo decir en plural, porque no sufriste solo. Estuvimos contigo y siempre nos reimos. A pesar de todo y de todos...

¿Cuándo nos vimos por última vez? Hace 15 años? ¿más o menos? ¿y a los demás, cuándo los viste por última vez?
¿Tu te alejaste de mi o yo de tí? ¿Qué pasó? ¿Crecimos? ¿ambos? ¿Dónde te quedaste? ¿dónde te fuiste? ¿Fueron nuestros matrimonios o ya estábamos lejos?
Me cuesta asumir lo que escucho... Me cuesta creer que es cierto. Mis recuerdos se niegan a aceptar que eso puede estar pasando. No. A ti no.
Te diré algo, pero no quiero que lo digas a los demás. No pienso llorar por esto. No pienso aceptar que no eres el más alegre de la fiesta y que no volveremos a jugar un partido juntos. No pienso aceptar que no irás a buscarme a la casa y que le preguntarás a mi mamá si estoy o si puedes jugar conmigo. No pienso olvidar nuestras primeras caminatas en busca de fiestas los viernes y sábados. No pienso olvidar...
Me da miedo asumir que los demás están organizando actividades para ayudarte mientras que lo que yo siento es que una vez más te las arreglas, después de más de 15 años, para juntarnos y hacernos parecer adolescentes detrás de un sueño...
Gracias, una vez más. Y aun cuando puede ser tu última lección, no te vayas sin saber que esta puede ser la que te haga inmortal...