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A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

domingo, mayo 03, 2009

Viaje al pasado

Era como estar en una película de vaqueros. Ese era el sentimiento. Ahí cobraba valor el comentario ese que decía "el tiempo parecía haberse detenido desde que su último habitante partió...".
Las calles vacías y no aptas para la circulación de automoviles, las luminarias que poco iluminaban, las casas sacadas de libros de cuentos antiguos, el barrio que semejaba al pueblo del Far West, el puente por donde se debía transitar, todo de madera y tan alto que no permitía mirar hacia el río, en fin, todo hacía sentir el pasado. Unos caballos sueltos al que un montón de perros ladraban sin que ellos se inmutaran en lo más mínimo. Si no hubiera sido por unos niños jugando en el jardín de una de las casas que parecían deshabitadas habría calzado perfecto con mi vivencia en un pueblo fantasma...
Aún así, yo no perdía la esperanza de ver aparecer al sereno anunciando el tiempo y el clima...
¡Qué hermoso lugar! Y es que aparte de la tranquilidad, los contrastes entre los árboles y entre estos y el piso, era de una belleza, de una tranquilidad tal que obligaba a respirar con pausas... No fuera a ser cosa que mucho oxígeno nos hiciera mal...
Y es que Coya, un sábado a las 6 de la tarde y después de tantos años es un oasis en el siglo XXI.
Mismo oasis que la casa de Tita y Gabriel en Rancagua. Dos personajes que se han quedado en el pasado muy a su querer. Se quedaron en ese pasado de respeto por los demás, por consideración con el resto del planeta. Ellos, dos profesores normalistas que han trabajado en diversas escuelas de diferentes partes de Chile y quienes nos distinguen con su amistad. Su amistad que es un regalo que brindan a quienes quieran compartir con ellos la dicha de la vida, el placer de la armonía y el saber por el saber. Nada más alejado de ellos que los negocios. No. Ellos se regocijan en el ocio. Y de esa actitud ante la vida logran educar. Como hace muchos años cuando tuvieron que enseñar a vivir a sus dos hijos y a los cientos de alumnos que tuvieron contacto con los magníficos buscadores de la verdad. Es un privilegio estar en contacto con ellos. Gente sencilla que te enseña que los viejos principios y valores no tienen porque pasar de moda. Y así, sencillamente, abren su casa para que puedas entrar en ella y te brindan todo lo que tienen que es lo mismo que todo lo que son. Ingresas en una casa de gente de esfuerzo y te encuentras con un hogar hermoso donde todo indica que el amor existe. La primera enseñanza ocurre al ingresar en ese hogar. La segunda y todas las demás de verlos hacer y de escucharlos decir...
Qué hermoso sábado. Gente que te trae lindos recuerdos porque se parece a la gente con la que te criaste. Gente que sabe llegar a tu corazón y solo te pide a cambio tu amistad.
Es un oasis encontrar gente, hogares, pueblos, barrios así cuando uno está expuesto brutalmente a la vorágine informativa de los dueños del mundo...
En fin. Gracias a todos. Gracias a Tita y Gabriel. Gracias a Coya. Gracias a los que no están a la moda...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Marcelo y Claudia
Cada dìa que transcurre en nuestras vida nos encontramos con personas que realmente nos sentimos muy honrados al conocerlos y compartir su amabildad y sus sanos sentimientos, eso es lo que hemos experimentado al tener el privilegio de conocer y compartir la amistad con Marcelo, Claudia y sus dos hijos Victor y Andrès , dos niños marvillosos dignos de todo elogio.
Agradecemos los sentimientos de fraternidad y cariño que han demostrado hacia nosotros a traves de sus grabaciones computacionales lo que refleja lo amables y cariñosos que han sido para con nosotros y que tambièn queremos brindarle nuestro reconocimiento y amistad muy sincera.
Tita y Gabriel