Los Primos

Ayer hablé con la Paula. Mi prima mayor. Es ya una señora, pero sigue siendo mi primita.
¿Porqué será que nos quedamos con ciertas imagenes de las personas en las cuales pareciera que el tiempo no ha pasado?
Estuvo bueno hablar con ella. Fue como volver a mi niñez, cuando iba a Valparaíso de vacaciones y jugábamos todo el día.
Me acordé de mis primeros tiempos en la Universidad cuando viví en su casa, gracias a la generosidad de mis tíos.
Me acordé del flaco, su hermano, con quien pasábamos horas jugando futbol en el patio.
A mis primos más pequeños casi no los conozco. Me da lata, pero es cierto.
¿Qué recuerdo de esa familia?
Que eran muy cariñosos. Nunca me permitieron sentirme visita. Me hacían sentir que yo era parte de ellos. Siempre lo hicieron.
El flaco es el mayor y siempre fue mi "yunta". Salíamos a todos lados juntos. Más de alguna buena fiesta la empezamos y terminamos juntos. Espero que la vida te esté tratando bien.
Después viene la Paula, que siempre fue muy responsable. Fortaleza que aun debe poseer para llevar su casa con tres hijos y su trabajo. La Paula era la niña dulce, siempre ordenadita, siempre una dama.
Después venía Erika, la Kika, una chiquilla revoltosa que llenaba el aire con su risa. Era un gusto estar con ella. Y debe serlo, porque lo poco que alcanzamos a intercambiar me hizo mucho reir.
Después se me confunde el orden, Milko, Verónica, Yerko. Milko era un regimiento el solo, poco me acuerdo pero era muy activo, desde pequeñito y Verónica, una rubiecita preciosa de ojos azules que destacaba siempre entre todos los primos. A Yerko parece que lo vi bebé.
Fue bueno recordar esto. Cada uno es producto de su historia. Y yo me he construido con la ayuda de mucha gente. Hoy recordé a mis tíos; Reinaldo y Erika, gracias a ellos también es que soy lo que soy. Muchas gracias. Estaremos en contacto.