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A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

sábado, marzo 05, 2016

De un cuento que alguna vez me contaron

Y cuentan que, en aquellos años, en un pequeñísimo pueblo vivía la gente muy feliz. Se había juntado gente de diferentes lugares, convocados por una encantadora dama que les prometía dicha y prosperidad. Al comienzo todo iba bien. Había gente que se esforzaba mucho y lograba traer ingresos al pueblo aún cuando muchos no se aventuraban a salir del pueblo para aprender cosas nuevas o comerciar. Las personas que lograban traer lo necesario jamás se preocupaban de que otros no lo hicieran; sería la Reina quien debía establecer quien hacía qué, por lo que seguían, animadamente, saliendo a buscar mejores oportunidades para la prosperidad del pequeño pueblo.
Lamentablemente, las cosas, fuera del pueblo, tampoco estaban muy bien, por lo que las dificultades comenzaron a manifestarse. Contrariamente a lo que sucede en la actualidad, la Reina las emprendió contra los que salían a buscar ingresos. Nadie entendía. La Reina les dijo entonces que los que se quedaban estaban cansados de la felicidad de los que salían a buscar recursos, ya que eso demostraba la soberbia de creerse superiores y les hizo una serie de comparaciones; la casa de los que salían estaba siempre desordenada, mientras que los que se quedaban tenía su casa en orden. Los que se quedaban eran muy unidos y tenían tiempo para celebrar las fechas importantes, mientras que los que salían no atendían a estas cosas; eso era un pecado mayor. También argumentó que los que salían no habían progresado en lo absoluto mientras que los que se quedaban, ella podía dar fe de ello, habían progresado muchísimo.
El ambiente, al interior del pueblo, se fue haciendo cada vez más beligerante y las discusiones se sucedían unas a otras. De pronto hubo gente que dejó de hablarse entre sí. Algunos pensaron que sería el fin de su querido pueblo y acudieron a hablar con la Reina. Uno a uno volvieron derrotados. Sus conversaciones posteriores daban cuenta de lo que les había dicho la Reina; uno decía que la Reina le había dicho que los otros jamás ayudarían pues no tenían habilidades para ello y que por eso ella los defendía. Otro indicaba que le había amenazado haciéndole ver que la Reina era ella y solo ella. Otro que era más agresivo discutiendo les dijo con mucha pena que la Reina le había manifestado que ni loca soltaría ese reino. El que era el más sereno de todos les contó que la Reina le había confesado que ese pueblo jamás tendría más recursos por que estaban en un muy mal lugar y con un pésimo clima. Todos previeron lo peor y no se equivocaron. En aquellos años era muy común que los que se mostraban disconformes con los dictámenes de los reyes fueran acusados de traición...

Y así fue como esta historia fue contada sin que nadie supiera jamás como se llamaba aquel alegre pueblo que alguna vez intentó levantarse en un lugar de la tierra...