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A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

domingo, febrero 02, 2014

Vacaciones 2014

Habíamos salido muy temprano y ya casi acababa el día. Si bien habíamos andado en vehículo, el cansancio comenzaba a hacer su aparición. Nuestros ojos cansados de tanta belleza vista, habían sido testigos de guanacos y zorritos merodeando nuestro recorrido. Las altas cumbres se dejaban ver sólo a ratos entre las nubes. El témpano desprendido del gran glaciar lucía de un azul tan espectacular que hacía pequeña la explicación física de longitudes de onda para apreciar todo su colorido en aquella nublada playa. El viento jugaba con nosotros enviándonos ráfagas que parecían arrancar nuestros cabellos y doblegar nuestra marcha. Pero, como siempre, lo mejor estaba destinado para el final.
Hacia el final del recorrido y cuando nada parecía hacernos descender de la camioneta nuevamente, aparece un sol maravilloso que nos invita a bajarnos en ese mirador tan cercano a nuestro destino. Los reflejos del sol en las aguas del río y de las lagunas cercanas nos brindaron un exquisito bálsamo a nuestros citadinos espíritus. Era un paisaje majestuoso. Imponente. Era, como definirlo, la imagen de las vacaciones; ese momento mágico cuando dices, todo lo que he realizado ha valido la pena. Todo el trabajo de un año ha valido la pena. Esa postal se queda para siempre en tu retina pues cuando vuelvas a pasar por el esfuerzo máximo que supone tu actividad, sólo mirarás esa imagen y sabrás que el cansancio se irá tras esas montañas o bien hacia abajo en las gélidas aguas de color turquesa.
Esa es la imagen que debería haber ido acá, pero ya lo saben ustedes mejor que yo, a veces ocurre algo que hace maravilloso lo excelente: justo en el momento en que estoy con mi cámara fotografiando el paisaje, alguien grita ¡Ahí va un cóndor! Lo tomé a corta distancia solo para dejarles esta instantánea en que, con toda su elegancia, que se reserva solo al volar, pareciera decirme: ¡Eres un simple humano, nunca lo olvides!