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A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

sábado, diciembre 31, 2011

Un romántico viaje por el 2011

Otro ciclo se cierra. Es el último día del año. Las evaluaciones son obligatorias. La mayoría las hace, quizá un tanto informales, pero diría el, que casi todo el mundo las hace...
Este año fue de los más saludables que le haya tocado vivir. Recuerda su 2011 y se ríe...
Todo comenzó con unas espectaculares vacaciones en San Pedro de Atacama; un lugar mágico. Aún se sorprende contando los maravillosos paseos por todos esos parajes de indescriptibles contrastes de colores. ¡Qué descanso! Muy necesario por lo demás.
Luego a seguir viviendo. Su familia está bien. Se ha cohesionado. Es un lujo que en pleno siglo XXI el pueda decir que tienen una familia como las de antes. Si, como esas donde la gente disfrutaba de estar en familia. Donde lo importante era compartir y no, como ahora, lo que se compartiría... Una familia de esas en que podrían demostrarse los afectos y discutirse las opiniones, pero en que se respetaría al individuo porque era parte fundamental de ese grupo...
Vuelve a reír. Sabe que ahora, ese tipo de cosas se da poco. Por suerte el mantiene vínculos con gente que comparte esa suerte...
Deja de escribir por un largo rato. Le cuesta decir al mundo que el esta bien. Le cuesta decir a los demás lo que el tiene, lo que siente, lo que le divierte.
Lo despierta el viaje de su hijo mayor a tierras lejanas. Una oportunidad de crecimiento, sin dudas, pero también, para probar en la práctica eso del desapego. No fue fácil, pero salieron todos airosos. El primogénito volvió mejor de cómo había partido y eso se notó... Varios amigos nos dicen que cambió su carita de niño por de un apuesto joven...
Pero la vida siempre se encarga de hacer que revise sus definiciones. Y ocurrió, como tantas veces hemos visto en las películas que los jovencitos crecieron y querían tener sus propios lineamientos...
Vuelve a reír. Esta vez se preocupó. Y si sus hijos no estaban preparados para tomar decisiones tan importantes. Se le transforma la cara al recordar que fue una preocupación inútil. Sus hijos son personas responsables y comprometidas, son hermosas personas. Ya no son sus hijos. Son personas independientes. En el fondo cree que siempre lo han sido, solo que este año se lo demostraron. El susto lo trajo la beligerancia del entorno. No podía comprender tanta animosidad en contra de unos chicos que si bien se podían estar equivocando, no eran delincuentes. Lo aprendido en esos días, lo relataría el más tarde como la mayor lección del 2011 y el mejor recuerdo del año. Desde ese día había 4 adultos en casa y las conversaciones eran más interesantes todavía...
Vuelve a recordar a su escritor preferido, “has que esta vida valga la pena”. Sabia la frase. Es imposible alejar las penas de la vida, de lo que se trata es que la suma de alegrías sea mayor que la de las penas y de entender que las penas de hoy son el aprendizaje para disfrutar las alegrías de mañana...
Si, 2011, valió absolutamente la pena. Fue un año de mucho aprendizaje. De crecimiento en todos los aspectos. De consolidación de su proyecto de familia en la que Claudia, una vez más, tuvo la más destacada de las participaciones.
Si, 2011, fue un excelente año. Un año en fondo azul, que con letras rojas le dice: “brindemos por la vida fecunda de ideal sonriendo con el alma prendida en el amor”...