BIENVENIDO

A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

viernes, octubre 28, 2011

Mayoría de edad

...Hoy se despertó con otro cálido beso. Después de 21 años el beso sabe más dulce que el del primer día. Igual de apasionado. No lo sabría precisar bien... tal vez... tal vez la diferencia que marcan los años es la capacidad de disfrutar más el mismo beso. O, pudiera ser también, que ese beso parezca más largo...que el tiempo se vive de otra manera que a los 20. Quizá también, por que no pensarlo, es que los besos se van disfrutando más pues se van acumulando y, por lo tanto, el de hoy, tiene el sabor de todos los besos expresados anteriormente...
Vuelve a sonreír. Solo frente a la pantalla sonríe pensando en la dicha que confirma día a día y que celebra año a año.
Eres un afortunado, vuelve a pensar y se prepara para otra intensa jornada...
Claro, ahora este amor es mayor de edad...

miércoles, octubre 05, 2011

Camino al colegio

Y en esos tiempos la mayoría de la población se llenaba la boca con la palabra educación. Nadie podía hablar sin mencionarla. Estaba de moda. Poco importaba que en ese momento la mejor definición de educación se acercara únicamente a la palabra instrucción. Si, porque el concepto de educación era sinónimo de buenas notas para llegar a la universidad. Y desde el patriarca se había establecido claramente que la educación era un bien de consumo y, como tal, debía ser adquirido a un precio que asegurara la rentabilidad de todas las buenas personas que inocentemente habían invertido en ese pésimo negocio de otrora.
Nada ni nadie vislumbraba en aquellos momentos que la educación tuviera que ver con la formación integral de un ser humano o, como expresara un tal John Ruskin que "educar a un joven no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía".
Pero la juventud, que nunca ha estado para respetar paradigmas, se haría escuchar. No siempre de la mejor manera o, mejor dicho no siempre de la manera en que habían sido adiestrados, pero se harían escuchar. Tal como las generaciones anteriores de jóvenes. Si, porque los jóvenes no son personas que se vinieron a adaptar al mundo, son personas que desean adaptar el mundo a como son ellos.
Y el escándalo no se hizo esperar. Los mejores representantes del conservadurismo, los viejos, no lo podían permitir. ¡Qué se creían estos cabros chicos! Es una falta de respeto. ¿Dónde estaban los padres de esos malcriados? ¿Porqué, si la mayoría quería paz y tranquilidad, estos mocosos, en franca minoría, provocaban estos disturbios?
Y justo a mi me toca ser padre de dos jóvenes llenos de energía vital. Justo yo parado en un momento crucial de la historia con dos personas en formación de su criterio. Llenos de ideas que desbordan desde sus cabezas para convertirse en ideales y amenazar la paz mundial al pedir verdadera educación. Y no solo eso; la quieren gratuita!!! Pero esto es inaudito!!! ¿Cómo podría siquiera alguien pensar algo así? Los adultos saben que eso es imposible...
Y la cosa se puso peor. Resulta que una institución que no era de pobres quiso solidarizar con ese concepto abstracto al que llamamos "pobreza". Hubo miles de comunicados que anunciaron el fin del mundo. "Falta de autoridad" le llamaron. "Mano blanda" dijeron otros. "Hay que despedir a los capataces que tenemos a cargo de la institución" corearon varios.
A quienes, adultos todos, tuvieron la mala ocurrencia de apoyar las decisiones de sus jóvenes hijos, los tildaron de locos, izquierdistas, egoístas, malos padres. Quizá lo pensaron, pero no tengo prueba de que lo hayan dicho, que eran unos terroristas. Unos desalmados que no podían aceptar que la "gente" quisiera ir a estudiar tranquila...
Y yo, repito, justo en el medio de la vorágine, acabando de leer el primer tomo de la serie "Los hijos de la Tierra". La historia, de absoluta ficción por supuesto, narraba la historia de una niña cromagnon que es encontrada casi muerta por un clan de neanderthales. La trama se basa en que la supervivencia del clan se basa en no cambiar nada, mientras que la supervivencia de la niña está en su capacidad para cambiar aprovechando sus habilidades para transformar su medio...
Además llega a mis manos la siguiente frase: "Esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. la juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura". Me quedo perplejo. La frase no era de un político contemporáneo mío sino que había sido descubierta en un vaso de arcilla en las ruinas de Babilonia (actual Bagdad) y con más de 4.000 años de existencia.
¿Entonces que hacer?
¿Les permito ejercer su autonomía aun cuando se equivoquen en la forma o, por el contrario, debo evitarles el dolor del error y marcarles el camino?
Opto por lo primero. Aún a riesgo de parecer un mal padre. Y trato de responder a la pregunta lógica que viene después...
Pero la respuesta es más simple de lo que me gustaría admitir: ellos son mejores personas que yo.
¿qué cómo lo sé?
Ellos están preparados para el mundo que viene. Tienen valores sólidos y definidos. Son solidarios, sensibles y pendientes del entorno. Son serviciales y cariñosos. Son defensores del más débil, son responsables de sus actos y tienen un amor incondicional en el prójimo, pero no son perfectos y tienen algo que no calza en este mundo Piensan primero en los demás antes que en si mismos... Por eso los amo. Por ser como son. Por todo lo que me han enseñado. Por que no se han comprado ninguna de nuestras excusas y porque saben que todo es posible si es que luchan por conseguirlo.
Lo único que puedo decir en un día como hoy es ¡Qué vivan los estudiantes!