BIENVENIDO

A mi mundo, que seguramente no es diferente del tuyo. A mi forma de ver las cosas . A mi forma de intentar comunicar como veo las cosas.

martes, marzo 24, 2009

Y a pesar de todo... un buen comienzo

Y se apareció marzo. Claro que la realidad supera la ficción...
Y ha sido un comenzar despacio. Estoy poniéndole el hombro lo mejor que puedo a este nuevo escenario lleno de incertidumbres. Laboralmente estoy cumpliendo. Si, a secas, cumpliendo. El panorama es demasiado nuevo para mí como para poder aspirar a más que eso.
La felicidad ha venido, en esta oportunidad, de mis hijos. Ambos más crecidos, demostrando una madurez increíble.
Pidieron una demostración de confianza al proponernos hacer cosas de grandes y han respondido excelentemente bien. Pero además, han enfrentado este año, mejor que yo. No solo están cumpliendo, sino que, además, están sobrepasando las expectativas con creces.

Me siento feliz. Ambos están dando lo mejor de sí. Empiezan a comprender la importancia del deber ser y lo manifiestan sin ambivalencias. Se han mostrado más cariñosos, respetuosos de sus mayores y más estudiosos que nunca. La verdad, es que ante tanta relatividad de las cosas y valores no puedo menos que sonreir al escribir esto recordando nuestras últimas conversaciones.

Creo que, en un mundo tan convulso y desprolijo, rodearte de personas que son mejores que uno, es una muy bien recibida certeza...

viernes, marzo 13, 2009

Hasta pronto abuelita

Estoy tranquilo.
Es que el recuerdo de la abuela siempre será de alegría. No puedo estar triste. La penúltima vez que hablé con ella nos reímos. Ella no abría los ojos. Me acerqué lo suficiente y le susurré al oído.
Le conté quien era.
Repitió mi nombre.
"¿Te acuerdas abuela de los tarros de leche condensada que convertías en manjar y que deleitábamos, a cucharadas, tu sentada, con todos tus nietos?" Se rió. Mi madre la miraba y también reía. Se reía como siempre. Como una niña que se acuerda de una maldad cometida hace mucho tiempo. Y es que mi mamá tenía que después obligarnos a almorzar...
"¿Te acuerdas que siempre te las ingeniabas para pasarnos dinero? ...Al despedirte siempre me tomabas la mano y me entregabas un pequeño bultito, un papelito doblado en no sé cuantas partes y me hacías un gesto para que no lo abriera de inmediato".
Volvió a reir. Y nosotros con ella.
Así era mi abuela y ese es el recuerdo que tengo guardado de ella. No me gusta que se haya ido pero no puedo estar triste.
Además que, conociéndola, todavía me estará cuidando por mucho tiempo más. Su espíritu jovial será un cardioprotector muy eficiente en todos aquellos momentos en que el pesimismo o la incertidumbre se quieran apoderar de nosotros...
Gracias abuelita. No sé cuanto de este hombre que soy hoy día ha dependido de tí, pero estoy seguro que es mucho más de lo que puedo comprender desde esta pequeña dimensión en la que me encuentro...