Más que un nuevo aniversario...

¡FELICES 15 AÑOS!

Empieza 2009

Y tal parece que ocurrió como en los cuentos que nos leían desde pequeños.

¿Recuerdan que al dar las 12 campanadas algo sucedía?

Pues este año sucedió ota vez. No es un milagro, por si ello es lo que están esperando. No, nada que ver. Se trata de un cambio pequeño. Casi imperceptible. Quizás como la evolución misma...

Después de las 12 , justo después de los brindis, los abrazos y los máximos deseos de que el 2009 sea mejor que el 2008, algo cambió. No me atrevo todavía a precisar qué fue lo que cambió. No lo tengo claro del todo, pero sin lugar a dudas este año será diferente. Diferente al menos para los dos adolescentes que viven en el hogar.

¿Lo vieron en esta fotografía?
¿No?
Pero si es evidente. Por primera vez en todos los años que llevo celebrando años nuevos en mi casa, yo soy el que toma las fotografías...
Los bailarines de este año fueron mis hijos, que sacaron a bailar a su madre y sus abuelas, además de tías, como nunca lo habían hecho.
Todos los miramos admirados. Los pequeños dejan de ser niños para transformarse, lenta pero inexorablemente, en unos hermosos adolescentes...
El abrazo con cada uno de ellos fue especial. Cada uno me abrazo desde adentro. Cada uno me entregó, en ese abrazo, algo que sabían que yo valoraría. No se equivocaron.
Tal parece que la sabiduría comienza a ser parte de ellos. Desde un rincón los observo. No puedo disimular. ¡Me gusta lo que veo!
La manera en que tratan a sus abuelas es quizás la más decidora. Ellas se sienten queridas por esos nietos que las zamarrean para todos lados en un baile que ellas no bailaron a esa edad. Pero se sienten felices. Al otro día comentarían que están molidas pero contentas de haber disfrutado como quinceañeras ese termino de un ciclo y el comienzo del otro.

Feliz Año 2009 para todo el mundo...